La circulación de información vinculada con los estándares democráticos debe contemplar modalidades que la hagan accesible a niñas, niños y adolescentes, en tanto personas en desarrollo, para garantizar sus derechos, sostiene una ponencia de Alba Isabel Espín, catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela, España.
La propuesta, presentada al IX Congreso Mundial de Infancia y Adolescencia, explica que los tratados internacionales y leyes nacionales, como las de España, reconocen a chicas y chicos como ciudadanos plenos, pero no está previsto que accedan a información que la ciudadanía requiere.
Espín, ensayista y titular de Derecho Civil, sostiene que “una de las claves en el ejercicio efectivo de la ciudadanía de niños, niñas y adolescentes es el derecho a emitir sus opiniones y a que se les escuche”, pero para opinar con libertad “no se les puede privar del acceso a toda la información de fuentes seguras y con un lenguaje y contenido adaptado a su proceso de formación”.
La especialista propone incorporar este enfoque porque “la construcción jurídica del derecho a la información se ha hecho, tradicionalmente, con una perspectiva de la persona adulta”.
Esto mantiene a niñas, niños y adolescentes, prosigue, “en un papel secundario –incluso inexistente- respecto de dicha información”.
La ponencia desarrolla el concepto de brecha digital y las etapas que viene atravesando, para afirmar que “ya nadie discute” que hay una relación entre exclusión digital y participación ciudadana.
Además de mencionar la necesidad de superar la desigualdad de acceso y de contar con formación para desenvolverse en ambientes digitales, la especialista insiste en que el acceso a la información “constituye un derecho subjetivo de libertad”, al tiempo que “cumple una función de garantía en las sociedades democráticas”.
En cuanto a niñas, niños y adolescentes, “es primordial que el ejercicio de la libertad de información por los medios se haga teniendo en consideración sus particulares circunstancias de personas en formación”.
Así, continúa, “es responsabilidad de los medios transmitir información veraz y adaptada a las necesidades de la infancia y la juventud”, porque de lo contrario se agiganta una brecha digital “de tercera generación”.
La apuesta “apropiada” para estos fines, sostiene, son “los mecanismos de autorregulación y corregulación”, para “hacer efectivos” instrumentos que hagan posible el acceso de chicas y chicos al derecho a estar informados.
En suma, “es preciso afianzar la conciencia de que la vinculación entre libertad de expresión y derecho a la información es una dinámica que también alcanza a las niñas, niños y adolescentes”, concluye Espín.
Las ponencias admitidas y difundidas en el Congreso Mundial fueron aprobadas por un comité académico que encabezaron la Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes de Córdoba, Amelia López, y el catedrático español Carlos Villagrasa.
© Congreso Mundial 2022. Desarrollado Por PEP Solutions